Nunca un disco debut de una solista femenina había causado tanto furor en época alguna. En una década que quedó 'manchada' por destacar más singles que LPs, hay algunos trabajos por mencionar que rompen con aquella convención y entran a ser parte de ejemplares imprescindibles de referencia. Allí tiene que estar de forma perentoria el álbum de pop que casi le quita el trono a Madonna: She's So Unusual de la siempre vívida y extravagante Cindy Lauper.
Durante el primer lustro de la década más sabrosa de la historia de la música, hubo una sana competencia en el dominio de la escena con mujeres solistas o líderes de sus grupos, anótense nombres como Tina Turner, Annie Lennox, Joan Jett, Pat Benatar, Donna Summer, y en el caso de la esfera alta del pop, el toma y dame de Madonna y Cindy Lauper. Curiosamente, se puede afirmar que la reina de los sencillos durante toda su trayectoria es indiscutiblemente la Ciccone, pero si hay que denotar ventajas en un álbum como tal, este She's So Unusual es un modelo difícil de superar, en especial durante aquellos años de explosión new wave y alta relevancia en el mundo pop.
Apenas diez temas fueron más que suficientes para llevar a los registros de la gloria a este trabajo debut de una neoyorquina que solamente quería ser 'inusual' y marcar la diferencia, pero jamás imaginó la magnitud del alcance que tuvo este monstruo ideado en 1983 bajo la tutela de Portrait Records y el management de David Wolff. La señorita Cinthya Ann Stephanie Lauper, oriunda de Brooklyn en Nueva York, y con 30 años para ese momento, había pasado por toda clase de empleos antes de su labor como estrella pop: Fue camarera, simulación de geisha, promotora de clases de judo, pero no encontraba su rumbo hasta que la voz le dio la señal luminosa y le indicó que el camino de la música era su liberación.
Un look de disparatado origen que exhibía un cabello en desorden, rapado a un lado y con tintes naranjas, rojos, amarillos, faldas difíciles de desenmarañar (que tranquilamente había podido prestarle alguno de los personajes de El Extraño Mundo de Jack), collares y pepas que competían con la exagerada proliferación pectoral en joyas de don Mario Baracus, accesorios variopintos sin combinación alguna, y una actitud que revelaba cierta rebeldía punk pero con todo el desparpajo pop, elementos clave para identificarse ante el público y dejar salir su primer LP: "Money Changes Everything" es la cabeza de los diez temas, fue lanzado como quinto single, y engañosamente parece pop rock con tintes Springsteen cuando inicia, pero al aparecer la voz de Cindy sabemos que se avecina un registro magnífico para los anales de la música ochentera, eso si, se lo debe agradecer a la composición del ronco señor Tom Gray, quien había grabado este tema con su grupo The Brains en 1980. La instrumentación es bastante rockanrolera y dio resultado en listas en lugares no muy usuales como Chile (10), Colombia (3) o Nueva Zelanda (14). Y su alusión en la letra al cambio de la gente por culpa del infame dinero es directa, pues el amor se acaba cuando se asoma un George Washington pintado en papel verde invitando a las chicas a conocer el hedonismo y los placeres que brinda el materialismo. Antesala de lo que podría ofrecer su archirrival de aquel entonces un año después con su "Material Girl". ¿O será pura coincidencia?
Gran peso del éxito de este trabajo se debe en especial a una canción icónica del pop de todos los tiempos y es el segundo track del álbum: "Girls Just Want to Have Fun"lo tiene todo, o casi todo: Manifiesto feminista, arte pop, un video tronado en MTV, un look original y una canción llena de vida que colmó los parlantes del mundo. Cindy Lauper saca a relucir sus aullidos perfectos sin ninguna vergüenza y los teclados están intoxicados de new wave expresivo y fresco, el acólito en los coros de las chicas que sólo quieren divertirse, cuando arremete en su letra contra el típico machismo, la mujer que debe guardar compostura en cuatro paredes y los padres que optan por la crítica más que por la ayuda y el teléfono que se convierte en el cómplice ideal del 'acto delictivo' de ser libre, y Cindy declara en entrevistas posteriores: ' No estoy intentando ser diferente, solo quiero ser yo misma'. Y eso es lo que quiere mostrar este himno patrocinador de la igualdad entre sexos con el que la artista logró reclutar un sinnúmero de mujeres en un ejército pop que le apoyó en el vertiginoso reconocimiento ante emisoras y flashes fotográficos. La letra fue compuesta por Robert Hazard en 1979 desde un punto de vista masculino, Lauper se apropió del texto, lo adaptó y lo convirtió en rotundo éxito. El video, de recordación inmediata, con reclamos paternales y Cindy alzándose la bata (o mejor, su estrafalario vestido rojo), tiene en su reparto a la familia de Lauper donde se incluye a su madre y su hermano, a su abogado Elliott Hoffman, al reconocido estelar de lucha libre 'Captain' Lou Albano, al manager David Wolff, y hasta funcionarios de la disquera Portrait, mejor dicho, todo el mundo en pleno jolgorio porque esta canción alcanzó topes de listas en USA, Australia, Japón, Canadá, Noruega y hasta en Zipacón posiblemente, pues la diversión es la número Uno cuando se trata de eludir una pesada realidad, y más aún, cuando la mujer hace reclamo de sus derechos. Obviamente y como clásico indiscutible de los ochentas, ha sido versioneado por todo el mundo en donde podemos nombrar unos pocos como Pearl Jam, John Mayer, Russian Red,The Killers, Miley Cirus y hasta ¡Alvin y las Ardillas! ¡Habráse visto semejante algazara!
Lo que sigue es una joyita subvalorada que tiene sus orígenes en la genialidad de Prince desde su álbum Dirty Mind en 1980. "When You Were Mine" tiene otra vida y una musicalización excelsa en versión de Cindy Lauper, con un sobrio manejo de los sintetizadores y algunos pellizcos hermosos para las cuerdas, y la chica inusual se encarga de manejar tonalidades de arriba abajo sin ningún inconveniente, un tema muy pulcro que causa equilibrio y que fue lanzado como séptimo sencillo del disco, y que desde las distracciones compositoras del maestro de Minneapolis hace una dolida memoria de su hermoso pasado con una chica que le ha dejado por otro. Algunos críticos pensaron que al no modificar la letra original, Lauper estaba sufriendo por un amor perdido que empezó en algún momento a engañarla con otro hombre. Lo que también hubiera sido inusual.
She's So Unusual logró ventas de 4.5 millones de copias solamente en USA y una popularidad de lujo en los confines del planeta, gracias al lanzamiento de siete sencillos en un año y de cuatro de ellos metidos en posiciones de privilegio en listados Billboard. Todo un registro histórico para un debut sin demasiada inversión pero con toda la intención. Y entre aquellas insignes canciones que se colaron en la posteridad está la inolvidable "Time After Time", compuesta en el estudio de grabación a cuatro manos entre Cindy y el integrante de The Hooters Rob Hyman, quienes escuchaban fuerte y claro el segundero del reloj y daban paso a minutos de inspiración lírica para contar una pequeña historia de rompimiento sentimental con esperanza de reconciliación, el tiempo lo diría todo. Y el tiempo lo dijo todo con este segundo single de lanzamiento, pues fue número Uno en USA, Canadá y Colombia, y no pasó inadvertido por ningún listado mundial. Fue una balada de arpegios serenos en guitarra y un tratamiento melancólico pero dinámico de los teclados, íntimo pero expresivo, triste pero confortable, y una vocal afligida pero perfectamente afinada, las dotes en la garganta de la chica extravagante esta vez toman todo el aire de sofisticación y sentimiento para reiterar su gran talento y su posición como competidora fuerte en el trono del pop. Años después lanzaría en su Body Acoustic del 2005 el mismo tema en sonido desconectado a dúo con la artista Sarah McLachlan.
Las líricas iniciales de Cindy Lauper en sus temas referían especialmente a la liberación femenina, y gracias a ello tuvo detractores que buscaban impedir lanzamientos o divulgación de su material. Junto a cantantes como Prince, Madonna o AC/DC sufría catalogaciones peligrosas de difusión de material morboso por parte de la censura. Ante esto, Lauper refutaba. '¿Cómo puedes criticar a una mujer por cantar sobre temas sexuales cuando por años y años los hombres sólo hablan de eso?'. El tercer corte de promoción del LP tenía dichos problemas, "She Bop", con un video que tenía insinuaciones de corte libidinoso desde varios pasajes, con una Cindy provocadora que lee revistas de contenido dudoso, calienta a una pandilla de motociclistas y participa en un concurso llamado 'masterbingo' con un host que encarna Sigmund Freud y apartes de la letra que llaman a la masturbación 'They say I better stop--or I'll go blind'. De hecho, en alguna entrevista Lauper confesó haber grabado las voces desnuda. Con todo y crítica, gracias a su video divertido y bien hecho, a ese sonsonete de teclados muy new wave (por momentos recuerdan To Cut A Long Story Short de Spandau Ballet) y a su frescura con coros al mejor estilo de Gene Vincent con su be-bop-a-lula, "She Bop" se consolidó como el tercer sencillo más vendido y mejor ubicado en el registro de éxitos de varios países, Número 2 en EEUU, 3 en el Japón, y 6 en lugares distantes como Australia y Sudáfrica. La carga erótica estimuló la rotación del tema y hoy es recordado entre los grandes clásicos de los ochentas.
La chica inusual casi pierde el chance de ver su estrella iluminada años antes de lanzarse como solista, pues casi pierde la voz en 1977 debido a esfuerzos en la garganta que le ocasionaron problemas cuando ella probaba suerte en grupos de covers como Flyer y Doc West. Al recuperarse de este impasse lo intentó con un dúo que hiciera composiciones propias, Blue Angel junto al saxofonista John Turi, pero sin pena ni gloria se desfiló por la historia corta de este proyecto. Finalmente el contacto con David Wolff y su contratación con la casa disquera Portrait la llevaron a la inesperada publicación de siete singles y su consiguiente triunfo. El cuarto de estos se tituló "All Through the Night", una balada pop con unos synths que parecen arpas celestiales y de nuevo una cantante que se rinde ante la emotividad y deja salir su lado más sensible, hablando a la espera eterna en la noche por el compañero que de fin a su soledad. El tema es un folk original de Jules Shear quien no creía que llegara a ser éxito, lo cedió a Cindy y ella se encargó de darle la vuelta a la historia ubicándolo en el Top 5 en USA y Austria y en el 7 en Canadá, y consolidando el lapso de victoria al reunir cuatro tracks de un solo álbum en las cinco primeras casillas de listados del país del Tío Sam. Con este tema cierra su mejor capítulo musical en el mainstream.
Sería descortés dejar por fuera el crédito de los músicos de sesión que acompañaron a Cindy Lauper en la gestación de este gran producto. Las guitarras de la mano de Eric Bazilian, Rick de Fonzo y William Wittman, Neil Jason en las líneas de bajo, Anton Fig en la batería y el ya mencionado compositor Rob Hyman en teclados, con el apoyo de Peter Wood en algunos synths. Todos ellos testigos del triunfo, como no lo fue tanto su tema "Witness" que nunca se lanzó como single, pero que bien parece compuesto por The Police o los mismos Madness, pues el veneno de la guitarra ska está definido, y los teclados se tornan un poco más sabrosos, y la percusión juega al redoble caribeño en alguna instancia. Aquí Lauper quiere dejar de ser una espectadora para convertirse en protagonista de una relación, propone un activismo sentimental que involucra de nuevo la iniciativa de la mujer de forma autónoma. Sin ser un mal track, es bastante disímil de sus compañeros de repertorio y perjudica la línea conceptual pop que va llevando hasta ahora, pero recuerda que la influencia del new wave toca cada uno de los temas del LP de alguna forma, y este fue tratado del modo más rock steady posible.
Portrait Records fue bastante útil para la salida al mercado del She's So Unusual. Esta filial de Epic venía trabajando desde finales de los 60s con varios artistas y su primer fichaje fue la recordada artista folk Joan Baez. Para la década de los ochenta, la casa tuvo adquisiciones interesantes como las hermanitas Wilson y su combo Heart, la hermosa y sofisticada Sade, el recordado por su "Electric Avenue" Eddy Grant, y obviamente Cindy Lauper. Dentro de los últimos tracks de la cara B del vinilo hay unos sintetizadores lineales con unas guitarras que rechinan un poco en "I'll Kiss You", una vez más una cantante ávida de emanciparse y ser esta vez la de tomar delantera para pedirle beso al chico en la primera cita (cualquier parecido con la realidad de hoy...). Parece que su letra ha dejado un buen legado, pues los aires liberadores que combinaban el atuendo e ideal medio punk medio pop retumbaron en muchas jóvenes y hoy día consideran, que la santísima Trinidad de la opresión femenina se compone de Iglesia, Familia y Estado.
Una de las ventajas de mantener una postura de chica inusual es el poder manipular su atuendo y su voz de la forma en que pudiera darse más gusto, y en "He's So Unusual" la cantante se infla la voz de helio e interpreta uno de esos clásicos de finales de los 20s que Helen Kane hacía gala y que inspiró la creación del personaje de Betty Boop, aquella coqueta muñequita de falda corta que durante esta aventura musical no tuvo éxito con su pretendiente, pues no da la talla con 'satisfacerla', por lo tanto, es un chico 'inusual'. Gran homenaje rinde Cindy al tema cartoon, uno de los valores agregados a su estilo conceptual.
Y aparte del vestuario excéntrico, el feminismo declarado y el amor al cartoon, Lauper tuvo como refugio otra pasión: La lucha libre, pues cuando podía asistía a las grandes peleas de la WWF, disfrutaba de los combates coreografiados y hacía algunos shows musicales en pleno cuadrilátero. Y eso que todavía no entraba a trabajar en cine y televisión. La canción que nunca estuvo ni en cine ni en televisión fue la del cierre del trabajo, "Yeah Yeah", delirantes saxos y teclados con todo el sabor new wave que bien puede prender la fiesta , una vez más con el deseo de llevar las riendas y preguntar sin rodeos al chico que le gusta si lo puede atrapar, es una canción despabilada que sirve como soundtrack de viaje veloz y cuenta con toda la ligereza intensa de jolgorio en springbreak.
La cara B de "Girls Just Want to have Fun" no fue insertada al listado de tracks que salieron en la edición final del LP, se titulaba "Right Track Wrong train" y manejaba una especie de demencia persecutora con pinceladas del "Yeah Yeah" del cierre, y para los coleccionistas de Cindy Lauper es una verdadera curiosidad. Fueron diez piezas de gran valor con momentos cumbre, algunas veces baladísticos, otras más eufóricos, pero claramente inscritos en la historia de los álbums exitosos de los ochentas, con un objetivo marcado, definir los derechos de las mujeres y tener voz y voto para participar sin tabúes en todos los temas, porque las chicas también tienen derecho a divertirse.
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