Elton John es un Sir con visos de Cowboy. Su éxito como cantante de rock y pop se ha hecho visible en los dos lados del Atlántico con números estelares en listas musicales, pero hubo momentos en que su espíritu se inclinaba a complacer un poco más a los oídos americanos. Momentos que se sustentan si las líricas se inclinan a la guerra civil, el salvaje Oeste y la vida rural estadounidense: Su tercer disco de estudio Tumbleweed Connection confirma ese fuerte vínculo del británico con la cultura de la primera potencia mundial.
En abril de 1970 se había publicado Elton John, su álbum homónimo, con un sorprendente resultado positivo y "Your song" como canción estandarte que le lanzaría al estrellato internacional. La creatividad ansiosa de Elton John en la música y de Bernie Taupin en las letras no se hizo esperar más de seis meses y a finales de ese año se publicó su siguiente placa grabada en los Trident Studios de Londres. El dueto Taupin-John funcionaba como un reloj suizo y la producción de Gus Dudgeon y los arreglos de Paul Buckmaster seguían siendo un soporte importante en su propuesta. Durante la grabación de este LP comenzaron a aparecer figuras primordiales en su futuro line-up de conciertos como el guitarrista Dee Murray y el baterista Nigel Olsson (Uriah Heep), quienes contribuyeron con su cuota melódica para reafirmar el estilo del artista durante el primer lustro de los setentas.
El lirista y el músico: Taupin y John |
Su segunda producción venía de una serie de canciones pop orquestadas, con tonos muy elaborados y eclécticos. La impresión de los temas del Tumbleweed Connection se inclinan a una mayor relación con los ritmos americanos, especialmente el country y el blues, con una ruralidad evocadora y algunos momentos intensos y otros lastimeros en la instrumentación. Su naturaleza pop se mantenía viva, pero las grandes orquestaciones fueron amansadas por cadencias más campiranas y por el protagonismo de un piano más resuelto y vigoroso en esta entrega, que se robó muchos momentos de la grabación como el instrumento estelar.
Aroma a salvaje Oeste, heno y vaquería. Es la impresión que causa la primera cara del disco, soportada por una carátula sepia de lejanos recuerdos de madera, bares polvorientos y vida rústica. Entre el blues y el country forajido se insinúa "Ballad of a Well-Known Gun", con la guitarra de Caleb Quaye desenfundando disparos melódicos y el piano de John respondiendo con valentía el duelo musical, recreando la letra de una larga persecución de un fugitivo cansado de huir durante años, 'Now they've found me/ It's hard to run from a starving family'. John se hace más campirano en "Country Comfort" con una instrumentación que huele a granja y un bucólico recorrido por las tradiciones rurales, advirtiendo el peligro de las nuevas tecnologías en el campo. Con más fuerza vaquera pero algunos colores de soul y arreglos de orquesta llega "Son of your Father" en un interesante duelo entre la insolencia rústica de la armónica y la grandeza orquestal de los metales, siempre bajo la moderación del piano. Mientras los instrumentos discuten con armonía, la letra es una discusión entre dos campesinos, donde el respeto por la tradición y la lealtad es pisoteado por el interés individual. Bernie Taupin escribiendo reflexiones desde la mecedora pastoril.
Al paisaje hay que agregarle balas y nostalgia. "My father's Gun" es solemnidad lacrimosa de guerra, un relato lento y orquestado por Buckmaster que habla sobre un joven Confederado que se entera de la muerte de su padre en la Guerra Civil y decide heredar su arma y su causa. El lado bélico y desesperado del disco continúa con "Where to now St.Peter?" donde un soldado moribundo combate contra la incertidumbre y no sabe si su alma irá al cielo o al infierno, en un soft rock de piano ceremonioso y wah wahs de guitarra que abren lentamente las puertas de la muerte. Un piano desolado, solitario y quejumbroso se revela con una voz confesional de John en "Talking Old Soldiers", que traducen a un viejo en un bar que se va pudriendo por el olvido y la soledad después de haber vivido la gloria en la guerra durante su juventud, 'I may just an old soldier to some/ But I know how it feels to grow old'. El lado más triste del disco se vislumbra en esta trinidad de canciones de corte bélico.
AMORES Y MUJERES
Dos voces femeninas importantes hicieron parte de la grabación de este disco. La siempre respetable Dusty Springfield hizo vocales de respaldo, lo que fue para Elton un gran privilegio, pues siempre la consideró una de sus cantantes favoritas. La segunda fue Lesley Duncan, cantautora tímida pero sensible que contribuyó con "Love Song", escrita por ella y con un pronunciado aire folk, donde dejaron a un lado el piano para que la guitarra se apoderara de esta súplica amorosa hecha canción. Otro tema sin piano que se resuelve en bellas melodías de arpa y oboe es "Come down in time", un soft rock de arreglos impecables que bien podía pertenecer a su álbum Elton John por el trabajo de Buckmaster en la consola. Años más tarde, este diálogo lírico entre amantes que prometen certezas de carácter dudoso tendría versiones de Al Kooper, Sting, e incluso del mismo John con la inclusión sentida del piano en su interpretación. Aquel mismo piano que reaparece con fuerza en "Amoreena", planteando el tema del amor ansioso, con una cadencia country rock llena de vitalidad bajo el liderazgo de su piano. Tal tema es recordado por el intro del film Tarde de Perros con Al Pacino.
PRENDIENDO LA LLAMA
El trabajo cierra con "Burn down the Mission", la única del LP que el artista inglés desempolva ocasionalmente para interpretarla en conciertos. Seis minutos de discurso musical complejo con estructuras de country, rock, algo de orquestación y toques progresivos, en uno de los temas inusuales de su discografía emancipado contra la orientación pop, así como su letra, que busca cierta liberación, convertirse en alma libre contra el establecimiento, 'Behind four walls of stone the rich man sleeps/ It's time we put the flame torch to their keep'.
Tumbleweed Connection tuvo un gran éxito como álbum mas no como productor de singles.Tuvo un triunfante #2 en Inglaterra y un #5 en USA, pero curiosamente ninguna de sus canciones fue alguno de los hits flameantes de temporada. Sin embargo, el recibimiento como álbum 'conceptual' y la cercanía con temáticas americanas le hicieron un producto de mayor deleite y un interesante trabajo de transición a lo que sería su plataforma exitosa al glam y el pop. Un piano que se logra acoplar tanto en el saloon como en el auditorio, unos instrumentos que cabalgan sin problema entre los géneros y unas composiciones que se sacuden el polvo evocando el Oeste mientras acogen al amor y la guerra como tópicos, son el resumen del disco de un Elton John curioso, creativo y rockstar en potencia, que cedió ante las fantasías líricas rurales de Bernie Taupin para construir un trabajo que lo dejó conectado con América para siempre.
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