15 abr 2014
LA SEVERA MATACERA- V.I.S.A.
El ska es el metal. El metal que se contonea en figuras de saxos, trompetas y trombones. Que se deja llevar por la enorme influencia del reggae. Que apresura el paso e incita al baile ansioso y divertido. Y logra contar con variables que se deslizan entre propósitos políticos, sociales o simplemente de divertimento. En Colombia durante los noventas lograron consolidar su razón social propuestas que florecieron en caminos distintos y le dieron una respetable relevancia a la escena; se recuerdan las enormes pisadas swing de Los Elefantes, el desborde político de Skampida, los primeros tiempos de unos simpáticos Dr. Krápula, la pesadez bailable de La Mojiganga o la energía sensata de La Severa Matacera. Cada uno de estos grupos sorprende por su vigencia, y aunque todos han cultivado vertientes y públicos diferentes, su conciencia de autogestión y lucha es consigna. El caso de La Severa se aplaude al querer trascender en el exterior sin mayor padrino que el entusiasmo.
Y esa es precisamente la causa de crear una placa discográfica que discutiera sobre el tema. Muchos grupos resuelven probar fortuna afuera por la endeble falta de patrocinio en la escena local, pero el camino es pedregoso y largo. Tal vez el mayor orgullo y vergüenza de un colombiano en el exterior es precisamente ser eso, un colombiano. El lunar heredero de la imagen del narcotráfico, la delincuencia y el conflicto armado provoca un inmediato reflejo de prevención por parte de la comunidad internacional gracias a un bombardeo mediático que ensucia nuestra vestimenta moral. Cuando La Severa Matacera se dispuso a conquistar el norte anglófono en su viaje tuvo que cargar con parte del peso histórico de nuestro país y poco a poco fue moldeando la idea de hablar sobre ello y desahogar sus penas sociales en un nuevo disco.
SOCIOS AMERICANOS
Cuando la gente se pare va a tener Energía positiva. Asociar los nombres de los álbums y canciones de la banda nos conduce a la historia de la misma, que siempre se ha desenvuelto en una denuncia de carácter optimista, con el ska como bandera pero siempre aceptando como cómplices fuertes riffs rockeros de guitarra y oleajes amables de tono reggae. En el 2009, luego de darse una vuelta por Los Ángeles y vivir el 'sueño americano' a su estilo sintieron la necesidad de reivindicar el nombre del colombiano en otras latitudes y de rescatar ese espíritu nativo que se encontraba en paisajes ajenos. Por eso llegó V.I.S.A. (Very Important Socio Americano). Un trabajo nostálgico de su tierra, sensible ante la lejanía y con un organismo musical más elaborado y diverso que sus pasadas aventuras en disco. Una catarsis para la adversidad.
La Sonora Matancera del ska tuvo el respaldo de King Django en la producción y emprendió la cruzada del inmigrante plasmada en acordes. V.I.S.A. vio la luz con un espíritu más global y menos enfocado en un género dando oportunidades al dub, al funk, al acid jazz, al rock y a matices del caribe colombiano. El llamado es el de siempre, paz y tolerancia para una humanidad egoísta y errática, siempre buscando trabajar en equipo. Gomer, Alex, Petizo, Nico y Juan Felipe lo confirman con la apertura del LP "Andamos juntos", un reggae que se va escuchando en crescendo y pretende unir las voces del pueblo y acabar con la desigualdad. Las letras de La Severa, sin una construcción gramatical pretenciosa, siempre promueven la cultura de la paz. 'Siembra intolerancia y crecerá discriminación' dice la rima de "Tu Semilla", una de las canciones promotoras del entendimiento y la fraternidad.
"Tu Semilla" hace parte de esa construcción de vivencia personal de La Matacera, donde estar en un lugar ajeno es un asunto peliagudo. El álbum logra amasar un relato conceptual donde los actores protagónicos son la xenofobia, la falta de oportunidad y el sentido de pertenencia, siempre desde la óptica constructiva. El tema "V.I.S.A." es un ejercicio de tolerancia musical donde confluye la guitarra fuerte, un par de metales refrescantes y la presencia constante del funk, todos ellos conviviendo en un solo espacio. Lo mismo trata de decir la lírica que quiere romper con el molde de una sola impresión. 'Watch it Out, yo soy colombiano/ ten por seguro que no vengo armado' es el inicio de la letra que quiere acabar con el prejuicio de nuestra naturaleza violenta y embustera. Petróleo, trabajo y café pueden ser las contraofertas y quieren reivindicar la contaminada imagen que alimentan los noticieros. Tarea Severa.
La Matacera no descansa. Ojalá se mantuviera activo solo el nombre de la banda, pero el término real que contextualiza el crudo paisaje del conflicto en Colombia tiene mayor nivel de actividad que la banda misma. "¿Cuántas Muertes Más?" es el quejido constante de un pueblo que La Severa materializa con sabor caribeño en esta canción y que nos da un marco general de la situación del país. Y no sólo se trata de las víctimas de la guerra. El desangre corre también por el bolsillo, desde los tratados de apertura económica y el TLC, perjuicio expuesto en "Terror" con palabras concretas como 'Globalización de la miseria mundial', que tanto daño le ha hecho a la economía local. Esta pieza cercana al hardcore llena de velocidad y poder cuenta con el auspicio vocal de Dilson Díaz (La Pestilencia) y es una de las más guitarreras del disco, lejana a su acostumbrado ska jovial de otros tiempos, donde Alejandro Veloza no ahorra pics y se despacha en su propia denuncia de cuerdas. Pero para aplacar los ánimos terroristas vienen los explosivos pedagógicos que bajan la aceleración en "Miles de Bombas"que invitan a 'Disparar melodías de revolución' y enfrentar el combate con discurso, en una de las canciones que desfila entre el reggae, pianos salseros en el intermedio y un Rap & Roll protestante al final, lo que hace notar el eclecticismo que quiere aplicar el grupo para este disco. Una variedad que desafía cualquier radicalismo.
ENTRE EL SUNSHINE REGGAE Y EL ARROZ CON COCO
Y si hablamos de desafiar protocolos, esta vez se atreven a hacerlo desde el propio idioma. Alex Arce practica estrofas bilingües en un par de ocasiones y busca abrirse paso entre el público angloparlante gracias a su periplo estadounidense y sus constantes circuitos de bares y festivales en USA y Canadá. El reggae "Sunshine" es la primera muestra de ello, un quejido romántico y lento de guitarra y saxo que se unen y separan durante los minutos, de parejas que se unen y separan durante la lírica. En aquel juego del lenguaje también se incluye "No Hate", otro reggae más despierto y con algunos elementos dub, una calma rastafariana que de nuevo hace un llamado a la paz y proclama a la música como purificadora del alma. El lado más bilingüe de la Matacera va de la mano con el dreadlock.
Aunque hay cierta contradicción cuando se protesta contra las multinacionales y la globalización mientras se canta en la lengua propia del tío Sam, hay reivindicaciones musicales en las que se regresa a la tierra y de nuevo La Severa Matacera pertenece a un espíritu criollo. Esa añoranza por el sabor colombiano desde la distancia se vislumbra en las versiones de dos temas del maestro Lucho Bermúdez. El primero, "Fiesta de Negritos", respetuoso instrumental, un porro moderno presto para darle la bienvenida a los metales, la guitarra y el piano; el segundo, "Arroz con Coco", composición original de Margarita de Pombo, una gaita sabrosa que evoca el paisaje caribeño y su suculenta gastronomía, en una versión que hace reverencia a la original sin causarle mayores alteraciones. Vale la pena anotar que en "¿Cuántas Muertes Más?" también hay un pasaje evocador intenso y bailable con el "Manuelito Barrios" de los Gaiteros de San Jacinto. Severa nostalgia por la tierra.
UNA V.I.S.A. CON ENERGÍA
En V.I.S.A. también hubo espacio para rescatar temas del EP Energía Positiva lanzado en 2005. Su naturaleza es más cercana a los tiempos de Cuando la Gente se Pare y no son tan arriesgados y eclécticos como el resto del disco. Sin embargo, son un par de temas que se acoplan al estilo clásico de la banda y por lo tanto son piezas claves para sus seguidores. "Rocas" y "Energía positiva" están enlazados musical y temáticamente, pues son mensajes optimistas que se aplican a la cotidianidad, mantienen una cadencia moderada y no son materia de fusiones musicales. Con ellos logran lavar las penas y mantener el entusiasmo ante la adversidad y hasta el día de hoy, aprueban la materia en el tema de ser coreados y bailados por los amantes de La Matacera.
Escuchar completo V.I.S.A. es un ejercicio de sincretismo musical. Peligroso para los puristas, bienvenido para los liberales. La Severa Matacera abrazó en el pasado el ska y el reggae como su soporte en materia de sonoridad, y esta vez decidió abrirse horizontes, tal y como lo hicieron con sus vidas en tierras norteamericanas. Esa apertura los dejó en un punto intermedio que no dio una definición total a su espíritu sonoro: cantar en inglés, recordar con porros adaptados, ser más funky, ser más reggae. Lo interesante de esta entrega en LP está en el propósito de reflejar la necesidad de seres tolerantes en cada rincón del orbe. Que toleren las corrientes musicales, que toleren las formas de pensamiento, pero especialmente que nos toleren a los colombianos, que más que cualquier adjetivo posible, somos seres humanos. Como cualquier americano con visa.
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