13 mar 2011
ELVIS COSTELLO & THE ATTRACTIONS- ARMED FORCES
El punk empieza a decaer junto a la década de los setentas pero no deja de hacer mella en todo lo que se le atraviese, y dejará consecuencias para futuras generaciones que quieran tomar las guitarras y emprender líricas con trasfondo político. Junto al declive de las crestas y la anarquía va floreciendo el new wave, que cambia la estética, el concepto y el modo de manejar los instrumentos, con más frescura, elaboración y accesibilidad auditiva para distintos grupos objetivos. Como en la mayoría de los casos la germinación de este género tuvo lugar en Inglaterra con gente como XTC, Blondie, The Police o The Jam, quienes ayudaron a darle una cara más amable al punk con armonías más pop pero sin perder su furia esencial. Entre este nicho de gente que quería transgredir la trangresión también apareció el señor Declan Patrick Mc Manus, mejor conocido como Elvis Costello.
Proveniente de Paddington en Londres, este tipo de lentes gruesos y porte inofensivo llevaba dos trabajos publicados para 1979 -uno con su banda The Attractions- y tenía marcados esos indicios de punk rabioso a lo Sex Pistols, pero sin despeinarse a lo Buddy Holly. La oscuridad que traía consigo de sus producciones anteriores contrastaron con la luminosidad de un conglomerado de temas matizados con la más amplia finura pop en Armed Forces, un LP construído en seis semanas bajo la producción de Nick Lowe y compuesto de doce canciones de tono accesible, con la convicción de mantener disertaciones de corte punk en las líricas.
La gran diferencia con sus discos anteriores se dio en dos factores esenciales que convertirían esta obra en una de esas intocables de la historia de la música: El trabajo en arreglos que hicieron al álbum de fácil acceso y sonoridad pop, causa y efecto de los teclados de Steve Nieve, la siempre destacada aparición del bajo de Bruce Thomas y el compás de la batería de Pete Thomas que nada tenía que ver en consanguinidad con el bajista, pero tenía todo que ver en el asunto de conformar The Attractions. El segundo factor fue el intrincado pero fascinante modo de componer de Costello, quien se tomó la molestia de crear un universo paralelo entre el mundo de la política y las relaciones sentimentales, jugar con sus cotidianidades, problemas y visiones y hacer un verdadero scrabble de la lírica hasta deleitar a los más incautos y conquistarlos a través de su discurso cantado. Cosa que fue mucho más contundente que su misma música.
La cuota de aporte en composición sabía enlazar muy bien las decepciones sobre el amor, la sociedad, la guerra y el sistema de un modo metafórico e ingenioso en la rima- de hecho el trabajo se iba a titular Emotional Fascism en principio-. Las descripciones de Elvis en su papel de víctima y victimario congregaron una legión de fieles que le llevaron al estrellato con este tercer LP, que consiguió llegar al N 2 en el Reino Unido y atravesar el Oceáno con éxito para colarse en USA sin problema en el Top Ten de Billboard y posicionarse con ese new wave que llamaba a la transgresión.
El zarpazo de imaginación dulce en melodía y mordaz en letra se viene con el primer sencillo del trabajo, "Oliver's Army", un pop llevadero con arreglos introductorios de piano que evocan el "Dancing Queen" de ABBA y que hacen tan fácil su escucha que cualquier abuelo de mecedora lo disfrutaría en su tarde de reposo. En medio de su mansedumbre musical se viene un mensaje fuerte y contraventor que se refiere al conflicto de la ocupación inglesa en Irlanda del Norte, en el que la Armada de Oliver llega para causar represión y pánico en una tierra que clama por la independencia política (algunos sugieren que el tal Oliver evoca al Cromwell del New Model Army). Las vociferaciones que levanta este discurso cantado tiene tanta relevancia que logra tocar las fibras de las disputas en otros lugares del mundo como Palestina, Sudáfrica o las diferencias entre las Alemanias Oriental y Occidental. Incluso, Costello se da el lujo de comparar el maltrato irlandés con el de los afro en América: 'All it takes is one itchy trigger/ One more widow, one less white nigger'. La canción termina bien librada y camina exitosa por los listados británicos, siendo superada únicamente por "I will Survive" de Gloria Gaynor.
El álbum está impregnado de ese matiz social de incomodidad. Las políticas de subordinación y disciplina a ojos cerrados quedan mal paradas con "Senior Service"que con ingenuidad incisiva expone esa visión de provecho del sistema: 'They took me in the office and they told me very carefully the way that I could benefit from death and disability'. Lo curioso es que logra calar las fibras en medio de una canción que tranquilamente puede sonar en la disco a medianoche y que incita a una especie de "baile protesta", puro new wave con trasfondo. Y para mantener el foco en los peligros que se trae el establishment se puede escuchar "Goon Squad", más cercano al rock y a los primeros años de Costello en su discografía, reafirmando su odio por la opresión del sistema militar y la imposición de las doctrinas.
Mientras mantenía su enojo con desparpajo en estas canciones de sonidos inocuos, The Attractions también se tomaban su tiempo para renegar de la vida sentimental. Como en "Accidents will Happen" que se refiere a la infidelidad y la culpa a través de metáforas, segundo sencillo del trabajo que apenas llegó al 28 en listas de Reino Unido, pero fue un manifiesto emocional que marcó a sus seguidores y hoy día sigue siendo de alta escucha para ellos. Y ese desencanto se sostiene sobre el new wave de marcado tono funky en "Mood for Moderns", que reitera la separación, la inutilidad de una relación donde se pronuncian las diferencias y no existe el sentido de pertenencia de pareja: 'I let you into a foreign fingers'. En medio de todo, Elvis Costello le sonríe a la pena con música.
La armonía de bajo y piano entonan su mejor canción en "Party Girl", que al parecer fue compuesta gracias al romance que sostuvieron Costello y la modelo Bebe Buell -madre de Liv Tyler- y que describe con tono balada rock la desesperanza de una chica dedicada a los eventos sociales, apropiarse de unos cuantos prospectos masculinos y enredarse en la telaraña de las frívolas relaciones de farándula que duran dos parpadeos. Elvis lo desmiente pero nada encaja mejor. Y como sonido curioso el final glorioso de esta hermosa balada con aquel dejo a "You never give me your money" de The Beatles si se presta atención.
Los estereotipos son material providencial para la composición del LP, pues aparecen prestos para ser vapuleados en el discurso de Costello en "Big Boys", una dura bofetada a la vanidad fútil de los cuerpos aprisonados en músculo hirviente, 'Worrying about your physical fitness/Tell me how you got this sickness'. O castigando la ansiedad de la lujuria compulsiva, "Busy bodies" con ese teclado onanista que añora las imágenes de las chicas del auto-lavado y la frustración del incalcanzable beso de aquellos cuerpos que te conducen a la nada mientras la canción se resuelve en reminiscencias sesenteras y sonidos del ayer. También pasa por allí esa tonada embriagada involuntariamente de una fusión entre el vals y la ranchera en "Sunday's Best" que fulmina con lucidez cómica las bases del materialismo y se encarga de reducirlas a su expresión mas desagradable.
El álbum se enlista en una objeción en muchos sentidos a muchas convenciones. Desde las posturas del sistema, de los seres humanos, de los principios, de las estructuras que el hombre fabrica. Y entra en conflicto como en "Green Shirt" que en tono marcial nos alerta del peligro del manejo de la información. Y con éxito logra mezclar escenarios distintos, un coctel de dualidades sociopolíticas como en "Chemistry Class" que revuelve los experimentos de tubo de ensayo con los amores que nunca llegaron a la ebullición, 'You don't know what you started when you mixed up with mine/are you ready for the final solution?', o la genial "Two little Hitlers" que con éxito compenetra un tema de 'política de pareja' y exhibe la lucha de poderes e intereses y la interminable búsqueda por un equilibrio en esta contienda de partidos sentimentales y la música se funde en tonos de rocksteady al mejor estilo new wave.
Uno de aquellos grandes himnos que se recoge dentro del historial del rock curiosamente no fue incluído en la versión del LP para Inglaterra, "(What's so funny bout) Peace, Love and Understanding)", esa perfecta reflexión punk de visión no tan optimista que diera una mirada general a la situación del mundo en 1979 -y hoy día vigente- donde el sueño de un mundo en armonía cada vez es más distante. Con la ayuda productiva y escrita de Nick Lowe se logró este manifiesto que ha inspirado muchos más interrogantes en la música escrita, y que se sostiene como una de las favoritas en vivo para el Elvis que si está vivo.
Ediciones, reediciones, adiciones, suplementos, temas en vivo y agregados interesantes han sido parte de los continuos remasters de Armed Forces que tiene un gran plus ante muchos de los trabajos publicados en la época y es haber sostenido aquella prédica punk con tacto y mordacidad perspicaz mientras tomaban la alegría de la nueva corriente musical y aliviaban el golpe lírico con mucha frescura, teclas lozanas, bajos inteligentes y guitarras vivarachas. Nunca antes se había escuchado la juerga con tanto sentido crítico, para eso nació Elvis Costello.
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excelente reseña Mr Cesarok... que mas queda por decir de Elvis Costello?.. escucharlo.. mas bien. un saludo
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